Helena Jubany era una periodista, bibliotecaria y escritora mataronina, vinculada a la actividad cultural y social de la comarca. Había iniciado su carrera profesional haciendo prácticas en El Punt del Maresme, en la Televisión de Mataró y en la librería Robafaves de la capital delMaresme. Desde el año 2000, trabajaba como bibliotecaria en Sentmenat, donde se encargaba de la sección infantil. A raíz de este nuevo trabajo fue a vivir sola a un piso del barrio de la Creu Alta de Sabadell. Desde entonces, empezó a colaborar con la Sección Naturaleza de la Unión Excursionista de Sabadel.
El 17 de septiembre de 2001, Helena encontró en el portal de su casa una botella de horchata y unos pastelitos con una nota escrita a mano. La nota decía:
Helena, sorpresa.
Pasábamos por aquí y hemos dicho:
A ver Helena que se explica.
Somos ???? (Te llamaremos)
“A comérselo todo”.
El hecho que fuera horchata no es banal, pues era su bebida preferida; el autor de la nota debía saberlo. Helena no.lo comió ni bebió.
Días después, el 9 de octubre encontró un nuevo obsequio en la puerta de su casa, esta vez, zumo demelocotónGranini, acompañado de una segunda nota manuscrita donde se indicaba que se tomara con buen humor la anécdota, que pronto se revelaría el misterio.La nota decía:
Helena, ante todo esperamos que te tomes esto con el mismo sentido del humor que nosotros.
A la tercera revelaremos el misterio. Muy seguro te echarás unas risas.
Nos gustaría mucho volver a coincidir en una excursión de la UES.
Ya lo hablaremos!
Ahora vamos a ver si encontramos un lugar bueno, bonito y barato en Sabadell para perfeccionar el inglés.
Ah! Buen provecho, no nos hagas un feo, eh?!
En la tercera ya nos invitarás tú, sin duda. Besos.”
Esta vez Jubany sí probó el zumo, pero al hacerlo se encontró indispuesta y no lo terminó. Intrigada, encargó un análisis en un laboratorio de Sabadell, donde se detectó que el zumo contenía benzodiazepina, un tipo de somnífero.
Helena Jubany salió de casa el viernes 30 de noviembre a las doce del mediodía, después de haber estado trabajando en el ordenador, y ya no se presentó en la biblioteca de Sentmenat, donde trabajaba. Según la investigación, aquel día habría recibido una llamada telefónica por la mañana, y a mediodía, habría salido de casa con el coche hasta la calle Calvet d'Estrella 48, de Sabadell. Allí, en el piso de dos conocidos suyos —Montse Careta, maestra, y Santi Laiglesia, abogado criminalista—, alguien la drogó, dejó inconsciente y secuestró. Una situación que se alargaría todo el sábado, según las investigaciones del sumario, elaborado por dos forenses que explican que pasan muchas horas hasta que el cuerpo elimina una sustancia como la benzodiazepina por la orina.
Posteriormente, aún con vida, la subieron hasta la azotea del mismo edificio, desde donde fue lanzada entre las tres y las cinco de la madrugada del día 2 de diciembre, con una dosis de somníferos 35 veces superior a la normal, pero no suficiente para causarle la muerte. Murió por defenestración e impacto contra el suelo, con 27 años. La autopsia confirmó que cuando fue lanzada, la víctima se encontraba en un estado de semi-coma.
El 12 de febrero de 2002 Montserrat Careta fue detenida como presunta autora del crimen. Fue enviada a prisión preventiva sin fianza en la prisión de Wad-Ras de Barcelona. En su piso se encontraron dos botes de Noctamid, un psicofàrmaco de efectos hipnóticos que contiene Benzodiapezina, la misma sustancia que se había encontrado en el cuerpo de la víctima. La Policía Nacional también localizó una caja de cerillas como las que se habían encontrado a la azotea y que, supuesta mente, habían servido para quemar Helena. Durante su estancia en prisión, Careta siempre defendió su inocencia a través de las cartas que enviaba a familiares y amigos.
Mientras Careta estaba en prisión, el juez encausó a Santiago Laiglesia y a Ana Echaguivel. El 23 de marzo se detuvo Echaguivel, entonces de 32 años y vecina de Sabadell, cuando una prueba de caligrafía determinó que era la autora de la primera mitad del segundo anónimo que Jubany había recibido las semanas previas a su muerte.
El 7 de mayo de 2002, Montserrat Careta fue encontrada muerta colgada en el lavabo de su celda en la prisión de Wad-Ras de Barcelona, según informó su abogado, Joaquim Escudé. Dejó una nota donde aseguró que era inocente del homicidio que se le atribuía. Tenía una cuerda de nilón ligada al cuello.Ana Echaguivel, también en prisión preventiva, fue puesta en libertad con cargos a los pocos días, el junio de 2002.
El representante legal de la familia sostuvo que en ningún caso la joven sospechó que formaba parte del juego macabro que desembocaría en su muerte. Afirmó que Jubany había comentado que recibía anónimos pero que no estaba asustada, solo intrigada e interesada.
La investigación continuaba abierta, para determinar los hechos ocurridos entre las doce del mediodía del 30 de noviembre y las nueve de la mañana del 2 de diciembre, cuando fue encontrado el cadáver. También mencionó que Santi Laiglesia, que podría ser considerado coautor material del asesinato de la chica, no constaba en ninguno de las casi 1.000 hojas del sumario. El abogado de Laiglesia, Joaquim Escuder, declaró «Vete a saber si sabremos alguna vez lo qué pasó».
La causa fue finalmente archivada el octubre del 2005, cuando el juez consideró que la “solidez de las pruebas” no era “suficiente” para sustentar la acusación, que también pesaba sobre el compañero sentimental de Careta, Santiago Laiglesia Pla, y sobre Ana Echaguivel.
Todo empezó el 2 de julio de 1995, Sonia Rubio desapareció sin dejar ni rastro en Benicàssim.
Veinticinco años después, yo a penas contaba ocho, y para ni y la sociedad de Castellón parece que
fue ayer la noche en la que la desaparición de la profesora Sonia Rubio
abrió la etapa más negra de la historia reciente de la provincia con un
protagonista marcado en la memoria colectiva de los castellonenses:
Joaquín Ferrándiz Ventura, autor de cinco asesinatos de mujeres entre
los años 1995 y 1996.
La historia del asesino en serie de Castellón comenzó la madrugada del 2
de julio de 1995 cuando la joven Sonia Rubio, de 25 años, acababa de
regresar de Inglaterra y se había ido con los amigos a disfrutar de la
noche benicense. Nunca más volvió a su casa.
fue vista por ultima vez en la gran avenida de benicasim a las 4.40 de la madrugada.
La provincia se echó a la calle durante cuatro meses que separaron
la desaparición de Sonia del hallazgo del cadáver. Los carteles con el
rostro de Sonia Rubio poblaron, no solo la provincia, sino el territorio
nacional entero.
Ni una sola pista. Interrogatorios continuos a los amigos y conocidos
que coincidieron esa noche de fiesta con Sonia, pero nada a lo que
agarrarse.
Cuatro meses después su cadáver fue localizado por un conductor en la
cuneta de un camino del entorno de Playetas de Orpesa. El cuerpo, con
evidentes signos de violencia, fue encontrado con la ropa interior en la
boca de la profesora y una cinta adhesiva de color marrón que sería
clave en el desenlace final. La noticia de su asesinato en noviembre de 1995 fue en golpe
para la familia y para toda la provincia. Pero la crónica negra no había
hecho más que empezar.
En febrero de 1996 un agricultor que buscaba espárragos encontró el
cuerpo de una mujer en el camino Vora Riu de Vila-real, atada de pies y
manos y estrangulada. Apenas dos días más tarde unos jóvenes que se
acercaron a curiosear localizaron un nuevo cuerpo, también una mujer
estrangulada con una malla roja alrededor del cuello. Y sin apenas
tiempo de recuperarse de estas noticias, los agentes de la Guardia
Civil, en el rastreo de la zona, encontraron un tercer cadáver, éste en
avanzado estado de descomposición.
Pasaron los meses y la conmoción sobrepasó cualquier límite al
denunciarse la desaparición el 12 de septiembre de 1996 de la joven de
22 años Amelia Sandra García tras haber pasado la noche en los locales
de ocio del polígono Los Cipreses de Castellón.
Con todos estos casos caminando de forma paralela, los testimonios del
entorno de las tres fallecidas de Vora Riu apuntaron en su momento a un
camionero, Claudio Alba, al que acabaron deteniendo en enero de 1997
acusándole de tres muertes que nunca cometió y por lo que fue
indemnizado.
Un mes después de la detención del camionero, en febrero de 1997, un
hombre encontró el cuerpo sin vida de Amelia Sandra García junto a una
balsa de Onda y, como en los anteriores casos, golpeada, agredida
sexualmente y estrangulada. Pero nunca hubo nadie en la investigación
que relacionase todos los casos.
El psicópata, durante los meses que estuvo detenido de manera errónea Claudio Alba no actuó.
Joaquín Ferrándiz, trabajador en una conocida empresa de seguros de la
capital de la Plana, seguía sin aparecer entre los posibles autores.
Joven educado, seductor, plenamente integrado en la sociedad y con
activa vida social, no era sospechoso pese a que después se supo que ya
había sido condenado por violación en 1989.fue
acusado de asaltar y violar a una joven de 18 años, María José. Al
parecer, y según su declaración, Ximo, como le conocían sus amigos,
golpeó la moto en que viajaba ella y la hizo caer. Con la excusa de
llevarla hasta el hospital, la subió al coche y él la ató y violó, no
sin antes golpearla para que no ofreciera resistencia.
Fue
detenido y condenado a 14 años de prisión. Su madre, firme creyente en
su inocencia, acudió a la prensa para intentar que su hijo fuera
liberado porque no había cometido el crimen.
De
todas maneras, la buena conducta de Ximo le valió una reducción de
condena y en 1995 salió a la calle, merced a la libertad condicional.
Entonces fue cuando comenzó su carrera como asesino.
A los
tres meses de salir a la calle conoció a Sonia Rubio, una muchacha que
frecuentaba el bar Comix, igual que su verdugo. Él se ofreció una noche a
llevarla a casa y ella accedió. Se dirigieron a un lugar frecuentado
por parejas, y allí comenzaron a juguetear, pero ella no quiso ir más
allá.
Joaquín no supo aceptar esa negativa, y golpeó a la joven. La violó y después, la estranguló con su propia ropa interior. Mientras, Ximo se salvó de cualquier relación con el caso, y continuó haciendo su vida como si no hubiera pasado nada. Pero de
repente, se dispararon todas las alarmas, ya que el cadáver de Sonia
apareció en un barranco de Oropesa. Más tarde, se encontraron en una
acequia de Vila-Real los de las tres prostitutas. La policía comenzó a
atar cabos y a relacionar los cuatro asesinatos con un único criminal.
En febrero de ese año fracasó en su intento de llevarse a una chica a la
que había deshinchado las ruedas de su coche. La policía ya empezó a
vigilarle. Todo se desencadenaría el verano de 1998 cuando intentó
secuestrar a otra joven que pudo zafarse y denunciarlo ante la
Comisaría. Fue su final.
Carmen Brotons Buil nació en Casa Pardina de Guaso en 1924, trasladándose pronto a Boltaña con sus tíos. Llegó a Barcelona como muchas otras muchachas pobres de su tiempo y trabajó como sirvienta, hasta que descubrió que de esa forma jamás dejaría atrás su pasado lleno de privaciones.
se dedicó entonces a la prostitución de lujo con el nombre de Carmen Broto, frecuentando algunos salones y bailes donde entró en contacto con personajes como Ramón Pané, que le ayudó a montar uno de sus pisos y que le pasó durante un año y medio una cantidad fija al mes, o Juan Martínez Penas, el empresario gallego propietario del teatro Tívoli, que vivía en el hotel Ritz y la utilizó como coartada para enmascarar su homosexualidad.
Ella era alta y rubia como la cerveza, como cantaba la Piquer en esos años. Cubría su cuerpo serrano con un lujoso abrigo de astracán, gustaba de lucir ostentosas joyas y adornaba su cabeza con una larga melena a lo Verónica Lake, tapando uno de sus ojos en pos de una sofisticación imposible.
pronto su fuerte personalidad le va a permitir acceder a las altas esferas de la sociedad barcelonesa. Convertida en prostituta de lujo, auténtico mito erótico, pronto se hace muy conocida en la ciudad. Poco a poco se fue vinculando con muchos hombres de la alta sociedad, algunos de los cuales pasaron a ser sus protectores, y al final de su vida la Cascabelitos, como era apodada, estaba muy bien relacionada, habiéndose hecho con una pequeña fortuna y una hermosa colección de joyas.
Julio Muñoz y Carmen Villalonga
Carmen es, en realidad, la amante de otro floreciente empresario de la ciudad, Julio Muñoz Ramonet, dueño de los almacenes El Águila, conocido en los bajos fondos como ‘El Rey del Estraperlo’, casado con Carmen Villalonga, la hija del presidente del Banco Popular. Dividido entre dos Cármenes pasa su vida el empresario, que pone un piso a su querida en la calle Padre Claret.
Carmen gusta de frecuentar los garitos de moda en noches interminables, siempre bien acompañada., su vida disipada es sobradamente conocida, una mujer confiada, por lo que no se recataba en lucir sus alhajas cuando salía a divertirse con los hombres que eran la base de su negocio o con sus amigos.
Entre estos últimos estaba Jesús Navarro Manau, un joven apuesto por el que sentía debilidad y que sería uno de sus asesinos.Navarro Manau, de ambigua sexualidad y muy dado a la “vida alegre”, era hijo de Jesús Navarro Gurrea, un delincuente profesional fichado como "espadista" —esto es, especialista en abrir puertas y cajas fuertes con llaves falsas—, así como por otros actos delictivos. A su vez, Navarro Manau, tiene
una novia formal que regenta junto a sus padres un bar en la ciudad pepita, a la que deja embarazada,
necesita dinero para casarse y a pesar de lo que quiere aparentar alquilando buenos coches no tiene ni un duro. Según la versión oficial Jesús Navarro Gurrea, ideó un macabro plan cuyo objetivo no era solo el de sustraer las joyas de Carmen Broto, sino que ella los condujese a Martínez Penas para robarle también a él. Luego matarían a la joven, la harían desaparecer y sobre ella recaerían las sospechas. El plan incluía emborracharla, golpearla y enterrarla en un huerto propiedad de Navarro padre en la calle Legalidad, puesto que era habitual que, de tanto en tanto, se marchara de la ciudad sin dar explicaciones a nadie.
La versión oficial del crimen no satisfice a muchos. Sexo, poder y dinero se mezclaban tras las enigmáticas existencias de Carmen y sus asesinos, lo que dio pie a sospechar que aquella fue eliminada porque molestaba a alguien muy poderoso, inmerso en peligrosos negocios ilegales. Se dijo que había tratado de chantajear a uno de sus clientes más poderosos con fotografías tomadas mientras mantenía relaciones sexuales con menores de edad, que era la indiscreta querida del gran estraperlista textil Julio Muñoz, que suministraba menores al pederasta obispo de Barcelona, que ayudaba a traer a dicha ciudad a muchachas de Galicia para después derivarlas hacia la prostitución, que era la querida de un capitoste del Régimen franquista y varias cosas más. Otra de las pintorescas versiones del drama la dio el propio Jesús Navarro, que llegó a afirmar que la Broto fue "eliminada" porque era confidente de la policía y delatora de los enemigos del régimen, por lo que se la consideraba culpable del fusilamiento de varias personas.
la tarde del 10 de enero de 1949, Jesús llama a Carmen y le ofrece una de esas noches de juerga desenfrenada que ambos han vivido ya más de una vez. Carmen acepta encantada y el joven pasa a buscarla en un coche alquilado, junto con su amigo y cómplice Jaime Viñas.Se desplazan entonces a varios lugares de alterne de las calles Rosellón y Casanova. Aunque Carmen bebe mucho, tiene gran resistencia al alcohol, por lo que todavía deben tomar una última copa. Cuando da muestras de estar suficientemente bebida, la llevan al coche y se ponen en marcha, en busca del mejor lugar para perpetrar el crimen. Al pasar delante del Hospital Clínico Viñas decide que ha llegado el momento de actuar, y mientras Carmen está distraída la golpea fuertemente en la cabeza con un pesado mazo de madera. Pero la mujer se revuelve y pelea con su agresor. Jesús detiene el automóvil para ayudar a Viñas, y Carmen aprovecha para escapar. Pero apenas puede dar algunos pasos antes de desmayarse y ser de nuevo introducida en el vehículo por sus agresores, ante el portero del hospital, al que convencen de que la mujer solo está borracha y la están llevando a una clínica privada. Estos van al huerto de la calle Legalidad, donde han convenido encontrarse con el padre de Jesús, y allí, una vez que comprueban que Carmen ha muerto, se apoderan de sus joyas y luego entierran su cadáver.
Pero los asesinos dejaron demasiadas huellas y pistas fáciles para la policía: al marchar el petardeo del coche en la noche helada atrajo al sereno que vio como habían abandonado el auto, lleno de manchas de sangre, el bolso de la víctima en el asiento y el mazo ensangrentado sobre el salpicadero, a pocos metros del huerto y una vez que los investigadores hallaron allí el cuerpo, con su abrigo de piel pero sin sus joyas, les fue fácil atar cabos y dar con ellos. su cadáver aparece semienterrado en un huerto privado de la calle Legalidad. Envuelta en su abrigo de piel, le faltan sus joyas y presenta una fuerte herida en la cabeza, que hace de su rubia melena un amasijo de sangre.
La Vanguardia del 12 de enero titula así :‘Es asesinada una joven y enterrada en la calle Legalidad’. La sociedad catalana de la posguerra lee escandalizada las escabrosas circunstancias que rodean el suceso. La brutalidad del asesinato conmociona a los barceloneses. Según la versión oficial Dos de
los implicados en el homicidio se suicidan ingiriendo cianuro, en la conspiratoria
los suicidan.El cadáver de Jesús
Navarro Gurrea,aparece a pocos metros
de donde se encuentra el cuerpo sin vida de Carmen. También el Ford Sedán, en
el que sin lugar a dudas se cometió el cruento crimen: la sangre inunda el
interior, desvelando la despiadada contundencia del homicidio. Jaime Viñas
aparece envenenado también con cianuro. Rápidamente Jesús Navarro Manau el tercero de los homicidas, es detenido y no tarda en confesar. Amigo de la joven, reticente en un principio, había sido arrastrado finalmente al delito por su padre.ºNavarro Manau fue condenado a muerte. Sin embargo, logró que le conmutaran la condena por 30 años de cárcel, gracias a las gestiones de sus abogados. Tras permanecer más de una década en el Penal de Ocaña, fue liberado por buena conducta.
La asesina, tras su detención en 1959, ocupó la portada de El Caso
Pilar
Pradas Expósito, nació en una familia humilde de Bejís, Castellón en 1928, este
es un caso que hubiese pasado desapercibido de no ser la última mujer ejecutada
en España, condenada al garrote vil por asesinar a una esposa que quería
sustituir e intentarlo con otras dos.
Con
12 años se traslada a Valencia para servir. Analfabeta y con carácter
introvertido, cambia varias veces de casa hasta que en 1954 entra a trabajar
para el matrimonio de Enrique Vilanova y Adela Pascual, que regentan una
chacinería en la calle Sagunto de Valencia. A
partir de aquel día Pilar se dedicó de lleno a la tocinería sin abandonar las
tareas de la casa. Sobre todo de cuidar a la enferma, a la que le servía las
habituales infusiones de boldo y otras tisanas que le preparaba. El
médico de cabecera no acertaba a encontrar el origen de las dolencias. Al poco
la mujer fallecía en Mayo de 1955. El
mismo día del entierro la criada le dijo al viudo que no era necesario cerrar
el negocio, dado que ella se encargaría de seguir despachando. Cuando regresó
del cementerio se la encontró toda sonriente y luciendo uno de los delantales
almidonados de la difunta. Decidió echarla de inmediato por tal falta de
respeto.
Doña Adela
No
muy agraciada físicamente, de poco más de metro y medio de estatura,
introvertida, de gesto y mirada extraña, no duraba mucho en los hogares. Llegó
a cambiar de trabajo tres veces en un año. Se
fue haciendo mujer en medio del rechazo de los hombres, aunque confiaba en
conseguir uno para toda la vida. Pasaba las tardes de los jueves y los
domingos, sus ratos libres, sentada en la sala El Farol, pero casi nadie se le
acercaba para sacarla a bailar. Pese a ello iba preparando su ajuar con la
ilusión de que un día pasaría por el altar.Los
contactos que había hecho en el mercado le sirvieron para encontrar rápidamente
una nueva colocación. Entró a trabajar en casa de la familia Alpere-Greus. No
había transcurrido mucho tiempo en su nuevo empleo cuando a la señora le
empezaron a salir unas manchas extrañas, sobre todo en los brazos. Aunque el
médico diagnosticó alergia, Pilar decidió poner tierra por medio. Uno de los
síntomas de envenenamiento por arsénico es la pigmentación negruzca de la piel
en zonas descubiertas. Prefirió
evitar problemas. Otras fuentes dicen, que la señora pensó que Pilar le estaba
pegando alguna enfermedad y la despidió,
y eso fue lo que le salvo la vida. Pronto
encontró otra casa donde servir.
Carmen y Aurelia, consiguieron salvarse
Una
amiga que había hecho en El Farol, Aurelia Sanz, la recomendó para que
trabajara en el hogar de Manuel Berenguer Terraza, médico militar, y Carmen Cid
Dumas, en el que ella estaba de cocinera. Un
día surgió un problema entre las dos en la sala de baile. Un joven que le
gustaba a Pilar sacó a bailar a la otra. Disimuló su enfado y al poco su
compañera caía enferma. Al igual que en el caso de Adela, la atendió dándole
bebedizos. Los síntomas fueron parecidos. Tuvo que ser ingresada en el hospital
a causa de una parálisis generalizada en brazos y piernas. Internada en un
centro médico le salvaron la vida, pero quedó imposibilitada con atrofia de
manos y pies. Mes
y medio después era la esposa la que empezaba a mostrar señales de corte
similar. Vómitos, diarreas, hinchazón y dolores en las extremidades. El marido
consultó con un compañero suyo, catedrático de Medicina Legal, y decidieron
realizar la prueba del Propatiol. Un inyectable que permite descubrir la
presencia de un tóxico sin necesidad de realizar análisis alguno. El resultado
fue definitivo: arsénico.
La portería donde Pilar fue detenida .
El
militar despidió a Pilar sin levantar sospechas, con la excusa de que le era
suficiente con el servicio de la cocinera. De inmediato contactó con la casa
donde antes había servido para recabar informes. El chacinero le explicó la
extraña muerte de su esposa y el motivo por el que prescindió de su empleada
doméstica. De
inmediato el doctor Berenguer presentó denuncia en la comisaría y se procedió a
la exhumación del cadáver de la chacinera. Se encontraba en pleno proceso de
momificación, algo que sucede cuando en los restos hay presencia de alguna
sustancia química. El hígado y los riñones presentaban cambios degenerativos.
Los análisis confirmaron la causa: arsénico.Aunque
las pruebas se consideran circunstanciales, ya que Pilar confesó tras 36 horas
sin comer ni dormir, se halló entre sus pertenencias un frasco de un matahormigas
con base de arsénico que se sospechó fue el arma del crimen, cuando La policía
procedió al registro de la habitación en la casa en que se hospedaba la
sospechosa. Los agentes lo descubrieron entre la ropa de su ajuar, que guardaba
en un baúl, en una botellita. El matahormigas además de arsénico llevaba melaza;
sustancia ésta que le confería un sabor dulzón. En el envase figuraba una
calavera con dos tibias cruzadas y, debajo, la palabra veneno. No había lugar a
equivocación.
El matahormigas «Diluvión».
Pese al consejo de su abogado, se declaró
inocente. Fue condenada a muerte por garrote vil. Pilar
no quiso declararse culpable, para obtener una condena que oscilaría entre los
12 y los 16 años. La acusada se negaba en redondo, proclamando vehemente su
inocencia. En
la celda permanecía muy seria, erguida y con la mirada fija en un punto
determinado. Así durante horas y horas. No se inmutó lo más mínimo cuando la
acusaron repetidas veces de ser la autora de los envenenamientos. Fue
considerada culpable de tres asesinatos, uno consumado y dos en grado de
frustración. Pena de muerte por el primero y 40 años en total por los otros
dos. Tras que el Tribunal Supremo confirmara la sentencia, como último recurso
se solicitó el indulto al jefe del Estado.
Garrote vil
Existía
la esperanza de conseguirlo porque hacía una década que no se ejecutaba a
ninguna mujer en España. En dicho periodo de tiempo varias envenenadoras habían
visto conmutada la pena capital. No hubo piedad pese a que en el Consejo de
Ministros había jóvenes tecnócratas pertenecientes al Opus Dei como Alberto
Ullastres y Mariano Navarro Rubio. El
funcionario que accionó el torniquete se inició profesionalmente ajusticiando
al Monchito. Dos meses más tarde de romper el cuello de Pilar acabaría con la
vida de Jarabo y en 1974 con la de Salvador Puig Antich. Realizó 23
ejecuciones. El cineasta Luis García Berlanga se inspiró en él para su exitosa
película El verdugo. La escena final de la cinta recrea cuando pone fin a la existencia
de dicha envenenadora.
Por
la forma de actuar, la valenciana mostraba un egocentrismo afectivo dominado
por la envidia y los celos. Quería atraer el cariño de los demás, algo que
siempre había echado en falta. Por eso no dudaba en intentar quitarse de en
medio a quienes entorpecieran su propósito. Una psicópata de libro, dado que no
demostró remordimiento alguno por el daño causado.
“¡Soy
muy joven!, ¡no quiero que me maten!”, clamaba ella. Vuelta y media de manivela
fue suficiente para romperle el cuello y acallar definitivamente sus gritos
desesperados. Con 31 años fue la última mujer ejecutada en España.
Ese día se encontraron
los cadáveres de Miriam, Toñi y Desirée.
2-Lugar
donde se encontraron los cadáveres (lugares montañosos):
Montañas
de Macastre, los dos primeros cuerpos.
Tercer
cuerpo en un canal de Turís
En una fosa en el barranco de la Romana, un
paraje de difícil acceso próximo al pantano de Tous.
3-el nombre de una calle
y de un municipio(Alcàcer)
El pie estaba
depositado en un contenedor de la calle
Alcàsser de Valencia.
las
niñas eran del municipio valenciano de Alcácer, España.
4-bar de pueblo («El
Paso» de Catadau)
El 15 de enero de aquel
1989 fue la última ocasión que allí se les vio con vida.
No consta que el niño
estuviera con ellas.
Cuatro años más tarde
acudieron Ricart y, Anglés a comprar bebidas y bocadillos la noche de autos.
5-tres víctimas mortales
(de catorce y quince años):
FranciscoValeriano
su novia Rosario y María Pilar.
Miriam, Toñi
y Desirée.
Periódico local
Dicen
que el entonces alcalde de burjasot tiene
la respuesta (solo son conjeturas y no esta probado), tratando de
dar luz a un caso del que no se sabe
nada hace más de 31 años, y basándome en teoríasde blogs que no demuestran
nada voy a tirar de la hemeroteca de verdad. A finales de Enero de 1985 una red
de prostitución de menores es descubierta en Valencia. Las investigaciones se
iniciaron casi por casualidad cuando Bibí, una niña de 14 años de edad, cuya desaparición
había sido denunciada por sus padres, fue localizada por la policía en el club
de carretera La amazona, de Buñol. Este fue el primer eslabón para encontrar, a
través de sus declaraciones a otra chica de 14 años y cuatro más de 15, que
eran obligadas a prostituirse en establecimientos de este tipo y casas de
citas, en la provincia de Valencia. Ninguna de las familias presento denuncias
por otros conceptos penales como son, corrupción de menores, violación, rapto,
amenazas, detención ilegal, delito contra la salud pública y proxenetismo, por lo
tanto los clientes procesados solo lo estuvieron por corrupción de menores.Entre los detenidos hay organizadores,
cuyo jefe parecia ser Arturo Carrasco Picazo, regentadores o regentadoras de
clubes y casas de citas, o meros clientes, como parece ser el caso del concejal
socialista del Ayuntamiento de Burjassot, Santiago González, que también se
encuentr0 procesado y condenado a ocho meses de prisión por dos delitos de
corrupción de menores pero al parecer no los cumplio por pagar una fianza de
300 mil pesetas. El 13 de Octubre de
1987
La
Audiencia Provincia] de Valencia condeno a 139 años de prisión, en conjunto, a
23 de los 34 procesados por estar relacionados con una red de corrupción de
menores, desarticulada por la policía hacía más de dos años. Fueron absueltos
10 inculpados. Carrasco, su hermano Francisco y Olegario Ballesteros,
principales encausa dos, han sido condenados a 20, 11 y 18 años de privación de
libertad, respectivamente.
Según
la sentencia, Arturo Carrasco llevó a varias de las menores a múltiples
prostíbulos "quedándose él los emolumentos que las menores obtenían de los
clientes". Asimismo,mantuvo "relaciones sexuales consentidas"
con las menores, por lo que se descarta las posibles violaciones. La víspera de
su detención, pretendió mantener relaciones con Rosa C. G, una de las niñas, y
al negarse ésta, la llevó a un descampado. Según la sentencia, "la dejó a
la intemperie desnuda durante algunos minutos [era el 27 de diciembre] y la
golpeó con una correa" ocasionándole diversas lesiones.Por su parte, Francisco Carrasco
y Olegario Ballesteros, que también llevaban a las menores a casas de citas,
condujeron a dos de las niñas a otro descampado para castigarlas por haberse
escapado de uno de los prostíbulos. "Las desnudaron de cintura para arriba
y las golpearon con el puño y una correa. Seguidamente les colocaron una cuerda
al cuello y acercándoles una navaja o cuchillo les dijeron que las matarían o
marcarían si se volvían a escapar", según el tribunal. Varios clientes que
fueron condenados han sido declarados responsables de organizar
"juergas" en apartamentos y chalés en las que participaban niñas.
Santiago González -concejal socialista- y José Manuel Núñez .se emparejaron con
las jóvenes, suministrándoles bebidas de alto contenido alcohólico, y
participaron en juegos eróticos preliminares al coito, aunque González no
llegara a consumarlo", explica en su sentencia el tribunal.
Según
las declaraciones de las niñas, éstas eran localizadas en bares u otros locales
públicos de Valencia. Alguno de los componentes de la banda les ofrecía trabajo
y las invitaba a acompañarle a su domicilio. Algunas de ellas se habían
marchado de casa por problemas con sus familias y otras estaban en dificultades
económicas. Si las chicas accedían, eran conducidas a un piso situado en la barriada
valenciana de Benicalao. Al cabo de unos días, los organizadores de la red las
obligaban a prostituirse y al negarse comenzaban los malos tratos por parte de
sus secuestradores, que les impedían huir. Han denunciado en sus declaraciones
todo tipo de vejaciones y agresiones: flagelaciones, patadas, puñetazos,
ahorcamientos simulados y violaciones. Seis de las niñas de la red fuer0n
indemnizadas con 500.000 miserables pesetas (en total).
Y volviendo al tema de macaste, hay documentos
en la red donde se afirma (fuentes
sin confirmar):
Que
Francisco Valeriano apareció muerto con un disparo en la cabeza, realizado con
una pistola automática 9 mm. parabellum, o bien que el adolescente recibió una
brutal paliza y se le remató de un disparo con dicha arma cuando estaba próximo
a la muerte.
Que
Francisco Valeriano fue llevado a un lugar donde se estaba mutilando a una
mujer con una motosierra, se le dejó huir y luego se realizó una cacería
humana, persiguiéndole hasta las inmediaciones de la caseta, donde se acabó con
su vida.
Que
en 1999 aparecieron restos óseos en Macastre, en terrenos de un vecino del
pueblo llamado Antonio G., bajo unos plásticos. Y que dichos restos, cotejados
con una muestra de la hermana de Pilar, resultaron coincidentes, con lo que se
demostraría que pertenecían a Pilar Ruiz Barriga.
No
obstante, en estos documentos no se cita la fuente y tampoco he podido
localizarla, por lo que, en principio, no los he utilizado como fuentes
primarias, ya que no he podido confirmar los datos que aportan. Por lo tanto,
los considero meras conjeturas.Lo que si esta probado es que se encontraron unas
huellas militares de la talla 46 en la caseta y alrededores.
En
Septiembre de 1989 Localizadan en Valencia un campo de entrenamiento de
mercenarios.
Una
finca situada en la localidad valenciana de Paterna, servía de campo de
entrenamiento para mercenarios contratados por los narcotraficantes
colombianos, quienes eran instruidos por oficiales del Ejército israelí y era
utilizada para instruir a los asesinos a sueldo, se entrenaban en Valencia con la cobertura de
empresas de seguridad españolas. Los mercenarios recibían instrucción en
combates cuerpo a cuerpo, armas blancas, artes marciales y armas ligeras.
Varios
testigos afirman haberse encontrado en ocasiones con los supuestos mercenarios,
que viajaban por la zona en vehículos todo terreno y vestidos con trajes de
campaña. Algunos de los mercenarios echaron de la finca a los vecinos que se
encontraron en la zona, pero ninguno de ellos, denunció. Incluso alguno de los
vecinos expulsados lo fue a punta de pistola por hombres vestidos en traje de
guerrilla.
Los
mercenarios pasaban una temporada en Israel y después eran enviados al campo de
entrenamiento en España, donde también comenzaban a familiarizarse con el
idioma español. De ahí, los asesinos a sueldo se incorporaban a los ejércitos
privados,de los narcotraficantes colombianos. ¿quién deja entrar a estos capos en España?
Hola
aficionados y conspiranoicos, bienvenidos a mi canal, soy Bien_V y todos los
Jueves a las 20 horas, de la península española, os narrare los casos más
escalofriantes de crímenes e historias paranormales que conozco.
¿Y cómo
no conocer el caso que más me habéis pedido?
Eran
finales de 1992, yo tenía cinco años, seguramente aquel fue el año que le pedí
a los reyes una muñeca más alta que yo que cantaba y bailaba con unos cascos
inalámbricos. A pesar de mi corta edad recuerdo aquel crimen que conmociono a la
sociedad española, las noticias, los programas, al igual que los anuncios de
muñecas aquellas navidades.
Las
adolescentes desaparecieron la noche del viernes 13 de noviembre de 1992 cuando
se dirigían haciendo autoestop a una discoteca de la vecina localidad de Picasent
donde se celebraba una fiesta de su instituto.Sus
nombres, Míriam, Toñi y Desirée, las niñas de Alcácer.
La Noche de la desaparición: Míriam García, de 14 años, María
Deseada Hernández de la misma edad, y Antonia Gómez de 15 años,
eran tres amigas del municipio valenciano de Alcácer. A
las ocho de la tarde del viernes 13 de noviembre de 1992 salieron de casa de su
amiga Esther, a quien acababan de visitar. Su intención era dirigirse a la
discoteca Coolor, situada en las afueras del municipio anexo de Picasent,
antes de su cierre a las diez. Previamente, Míriam había llamado a casa para
ver si su padre las podía llevar, pero este había llegado del trabajo con
fiebre y estaba en la cama. Esther, con gripe, decidió quedarse en casa.
Para llegar hasta la discoteca desde Alcácer había
que recorrer una carretera que enlazaba los dos municipios, los cuales se
encuentran separados entre sí unos dos kilómetros. El último tramo era oscuro y
no había viviendas junto a la carretera. Aparentemente, aquella noche, las tres adolescentes
decidieron desplazarse haciendo autoestop, pero desaparecieron antes de llegar
a su destino.
La búsqueda de las niñas fue intensa desde el día
siguiente a su desaparición y no estuvo exenta de incidentes. Ese mismo
domingo, dos voluntarios de protección civil de 26 y 35 años que estaban
participando en las labores de búsqueda por los barrancos de Picasent fueron
arrollados por un todoterreno. El más joven murió en el acto, mientras que su
compañero fue ingresado en el hospital con un traumatismo craneoencefálico y
catorce fracturas en las piernas, de las que se consiguió recuperar con
secuelas.
Aunque la ausencia de pistas era desalentadora, los
investigadores recibieron numerosos testimonios de personas que creyeron haber
visto a las niñas en diferentes puntos de España ese fin de semana.
En Picassent, un chico de Alcácer que regresaba de Coolor
dijo haberlas visto mientras caminaban en dirección a la discoteca. Por último,
una señora de Picasent manifestó haber visto desde el balcón de su casa cómo
las tres niñas hacían autoestop debajo de su casa. La mujer aseguraba que un
pequeño coche blanco, ocupado por cuatro personas, paró a la derecha de la
calzada y vio cómo las tres niñas se subieron en él. Las fuerzas de seguridad centraron sus primeras
investigaciones en amigos de las menores, clientes habituales de la discoteca y
sus dueños, llegando a la conclusión de que las adolescentes no habían llegado
al local en ningún caso. También se indagó entre los reclusos de la prisión de
Picasent puestos en libertad durante aquellos días.
El Ayuntamiento de Alcácer editó miles de carteles
con datos de las pequeñas y los medios de comunicación se volcaron en la
búsqueda de las muchachas.
Cientos de españoles aseguraron haber visto a las menores.
Desde el gobierno, el ministro del Interior, se interesó personalmente por el caso y se entrevistó con los
padres de las jóvenes. Su Ministerio formó un equipo especial conjunto de la
Guardia Civil y la Policía Nacional para colaborar en la búsqueda. El
presidente del gobierno, Felipe González, recibió en Nochebuena a las tres
familias y les transmitió su «preocupación como padre».
La búsqueda se amplió fuera de España y se puso al
corriente a los servicios de Interpol. El día en el que se hallaron los cuerpos
sin vida de las tres chicas, el padre de Míriam, Fernando García, se encontraba
en Londres con periodistas para promover allí su búsqueda.
El 27 de enero de 1993, setenta y cinco días después
de su desaparición, dos apicultores encontraron los cadáveres semienterrados en
una fosa en el barranco de la Romana, un paraje de difícil acceso próximo al
pantano de Tous. El hallazgo de los cuerpos y el conocimiento posterior de las
vejaciones a las que fueron sometidas conmocionaron profundamente a la
sociedad.
En un primer momento, el tamaño del reloj en el
brazo del cadáver hizo pensar al equipo que iban a desenterrar a un hombre. Sin
embargo, al excavar se descubrieron otros dos cuerpos, los tres de mujeres, en
avanzado estado de descomposición. Los cadáveres se hallaban envueltos en una
alfombra grande y nueva, en el interior de una fosa de grandes dimensiones que
había sido excavada a propósito. Los cuerpos estaban maniatados y apilados uno
encima del otro, sin tocarse entre sí. Dos de ellos presentaban la cabeza
separada del resto del cuerpo. A pesar del deterioro de los cadáveres y sus
prendas de vestir (los colores y los tejidos eran muy difíciles de
identificar), los expertos ya apuntaron que podría tratarse de las tres niñas.
El juez declaró secretas las diligencias.
Objetos encontrados en el lugar y "juntados para la foto."
Además de los cuerpos, en los alrededores de la fosa
se hallaron objetos de diversa índole, como un cartucho sin percutir y un
videojuego. Sin embargo, la pista más relevante fueron unos trozos de papel que
se encontraron junto a unos matorrales. Tras su reconstrucción, resultó ser un
volante del Hospital La Fe de Valencia a nombre de un tal Enrique Anglés
Martins, que había sido atendido de sífilis unos meses atrás.
Una vez desenterrados, los cadáveres fueron
trasladados al cercano municipio de Llombay. Sin haber realizado las autopsias,
no existía la certeza de que los cuerpos hallados fueran los de las
adolescentes desaparecidas; sin embargo, todos los indicios apuntaban a que se
trataba de ellas. Los familiares se reunieron en el Ayuntamiento de Alcácer
cuando, a última hora de la tarde, se les comunicó la noticia. A las once de la
noche acudió el presidente de la Generalidad Valenciana, para estar en contacto
con las familias. Poco antes de la medianoche, los cuerpos fueron trasladados
al Instituto Anatómico Forense de Valencia, donde permanecieron toda la noche
antes de que se les practicase la autopsia.
La tarde del 27 de enero de 1993, tras el
levantamiento de los cadáveres y siguiendo la pista del volante médico
encontrado en la fosa, la guardia civil se personó en el domicilio de Enrique
Anglés, en Catarroja. Enrique era el hermano de Antonio, un conocido
delincuente de la zona. En el domicilio se encontraban Enrique Anglés, su
hermana Kelly, el novio de esta y la madre de los Anglés, Neusa Martins. Los
tres primeros fueron enviados al cuartel de Patraix y se procedió al registro
de la vivienda. Durante el registro, llegaron otros hermanos de Enrique Anglés,
Mauricio y Ricardo, acompañados de un amigo, Miguel Ricart alias «el Rubio».
Un guardia civil reconoció a este último como el compañero de fechorías de
Antonio y también fue llevado al cuartel en calidad de testigo.
Enrique Anglés presentaba discapacidad intelectual.
Las investigaciones concluyeron que el volante a su nombre encontrado en la
fosa por la tarde fue realmente prescrito a su hermano Antonio, un delincuente
ya fichado por la policía, que había suplantado su identidad en el hospital.
Enrique fue puesto en libertad esa noche y se inició la búsqueda de Antonio
Anglés.
Los cuerpos de seguridad no consiguieron hallar el
paradero de Antonio Anglés, que había emprendido su huida desde el primer
momento. Una de las primeras pistas le situaba el viernes 29 de enero de 1993
en una peluquería de Valencia.
Miguel Ricart realizó una declaración voluntaria
cerca de la medianoche del 27 de enero. Debido a las contradicciones en las que
incurrió, su amistad con Antonio Anglés y el hecho de que su coche coincidía
con las descripciones de los testigos, Miguel Ricart pasó a estar detenido
sobre las cinco de la madrugada. Horas más tarde, antes de la medianoche del 28
de enero, Ricart realizó su primera declaración como acusado ante la guardia
civil, en la que confesó su participación en los crímenes. Ricart, quedó en
prisión preventiva.
Unas horas después de su hallazgo, los cuerpos de
las menores llegaron a las dependencias del Instituto Anatómico Forense de
Valencia, donde permanecieron toda la noche. Al día siguiente (28 de enero de
1993), un equipo formado por seis forenses de Valencia, encabezados por el
catedrático Fernando Verdú Pascual realizó el estudio de los cuerpos. El
proceso llevó ocho horas, entre las nueve de la mañana y las cinco de la tarde,
y el informe derivado de estas autopsias fue remitido al juzgado tres meses después.
Mano de Miriam con un supuesto papel agarrado.
Inmediatamente después de las primeras autopsias y
por requerimiento de las familias, el catedrático Luis Frontela realizó una
segunda autopsia, más minuciosa, a los cuerpos de las adolescentes. En esta
autopsia estuvieron presentes como observadores el equipo de forenses
valencianos y dos guardias civiles que tomaron imágenes del procedimiento.
Frontela llevó a cabo un estudio del ADN de los
pelos que se encontraban en los cadáveres y su ropa. Se hallaron quince pelos,
de los cuales doce no pertenecían ni a Ricart ni a Anglés (entre ellos una
cana). Los tres restantes se encontraban dañados y no se pudieron analizar.
Frontela descubrió secuencias de ADN pertenecientes a entre 5 y 7 personas
distintas en los pelos hallados, pero no pudo determinar el número exacto de
personas que participaron en los crímenes. Frontela apuntaba a una
participación de al menos dos individuos, siendo más probable la participación
de tres o más.
Donde se encontro Cruz en la espalda de Desireé.
El estudio de las larvas halladas en los cuerpos, a
las que Frontela solo tuvo acceso a partir de fotos y vídeos tomados durante la
primera autopsia, sugirió que el tamaño de los insectos no se correspondía con
el estado de putrefacción de los cadáveres. De este hecho, Frontela dedujo que
las adolescentes fueron enterradas en dos lugares diferentes. Además, la
ausencia de livideces (amoratamientos) de los cadáveres le llevó a pensar que
los cuerpos de las niñas o bien sufrieron una fuerte hemorragia o bien
estuvieron sumergidos en el agua, aunque no tuvo datos suficientes para demostrarlo.El informe derivado de las autopsias fue remitido al
juzgado tres días antes del comienzo del juicio, tres años más tarde.
Miguel Ricart se autoincriminó en sus declaraciones en los días 28 y 30 de enero y 2 de marzo. Ricart explicó que, la noche del 13
de noviembre de 1992, él y Antonio Anglés recogieron en un Opel Corsa a las
tres jóvenes cuando hacían autoestop. En lugar de llevarlas a la discoteca Coolor,
como ellas pidieron, las llevaron a una caseta abandonada situada en el paraje
montañoso del barranco de la Romana. Durante esa noche y la madrugada, las
niñas permanecieron atadas a un poste de madera dentro de la caseta. Antonio
Anglés fue desatando de una en una a las niñas para violarlas con la ayuda de
Miguel Ricart, que les sujetaba las piernas para minimizar el forcejeo. El
propio Ricart violó a Desirée antes de que Anglés la obligara a entrar en la
caseta.
Anglés y Ricart hicieron un receso para desplazarse
a un bar del municipio vecino deCatadau con el fin de comprar unos bocadillos
para la cena. ¿Recordáis los crímenes de Macstre? pues si, en este bar es donde
se vio con vida por última vez a las dos niñas Pilar y Rosario.
A la vuelta,
Anglés continuó con las violaciones y las vejaciones. Cuando terminaron,
volvieron a atar a las niñas e intentaron dormir. Como estas no paraban de
llorar, Anglés se levantó furioso y con un palo las golpeó repetidamente para
que callasen. Unas horas más tarde, las obligaron a caminar a punta de pistola
y a la luz de unas velas hasta una fosa que Antonio Anglés había cavado horas
antes a unos 400 metros de la caseta.Allí, Anglés asesinó a las
niñas de sendos tiros en la cabeza. A continuación, envolvieron sus cadáveres
en un trozo de moqueta y las enterraron.
El 29 de marzo, dos meses después de su detención,
Miguel Ricart realizó una cuarta declaración ante el juez, José Miguel Bort, en
la que dio un giro radical a su relato: negó su participación en los crímenes y
aseguró que la Guardia Civil le había torturado para forzar su autoinculpación.
Sin embargo, esta nueva versión se contradecía con la opinión del médico
forense que le reconoció tras su detención, que no apreció ninguna marca ni
lesión en Ricart. Hasta la celebración del juicio, Ricart realizó dos
declaraciones más (el 3 de septiembre de 1993 y el 30 de septiembre de 1994) en
las que mantuvo haber sido torturado.
En su declaración del 30 de septiembre de 1994 ante
el juez que instruía el caso, José Miguel Bort, Miguel Ricart acusó a dos
personas más de participar en el triple crimen. Se trataba de Mauricio Anglés,
hermano de Antonio Anglés, y otro hombre, hasta entonces nunca mencionado, que
Ricart apodó como el Nano.Esto reabrió las investigaciones
en dos frentes: por un lado, la Guardia Civil debía encontrar al tal Nano;
y por otro lado, la fiscalía de menores debía investigar la implicación de
Mauricio (menor de edad en aquella época) en el triple crimen. Por su parte,
los propietarios del bar Parador situado en Catadau, afirmaron en el
juicio que la noche del crimen Ricart compró tres bocadillos, una ensalada y
bebidas mientras una persona le esperaba en la calle junto al coche, cuya
estatura no coincidía con la de Antonio Anglés, pero si con su hermano Mauricio.
Finalmente Mauricio Anglés fue absuelto de los cargos tras no encontrarse
restos biológicos suyos en el escenario del crimen.
Angles.
Las tres niñas fueron inmortalizadas en piedra, en un monumento que se encuentra en la localidad de Alcacer. Pero para entonces Antonio Angles ya estaba muy lejos de allí... Para el los años no han pasado, y la pregunta continua siendo la misma. ¿Esta vivo o muerto? Esa incertidumbre es sin duda la principal dificultad para que se pueda cerrar este caso y pasar la ultima pagina. Su capacidad camaleonica, la suerte que le acompaño durante su huida, y algunos errores policiales graves continúan alimentando la leyenda del supuesto monstruo de la peluquería Angles fue hasta Villamarchante, donde se escondió cerca de la estación antigua. Hasta allí lo siguió la guardia civil, y cuando parecía que estaba rodeado el delincuente amenazo a un hombre con una pistola y para que lo llevara hasta Graja de Iniesta. En marzo de 1993, un colaborador de la policía
antidroga de Portugal aseguraba haber convivido con Antonio Anglés durante dos
semanas en la localidad costera de Caparica. Según este colaborador, Anglés le
robó el pasaporte con la intención de tomar un barco que le llevase a Brasil
(su país de nacimiento). El 15 de marzo de 1993, la tripulación del barco
mercante City of Plymouth encontró a bordo a un polizón portugués que,
al ser descubierto, se lanzó (o lanzaron) al mar con un chaleco salvavidas.
Este chaleco fue encontrado más adelante en la bocana del puerto sin rastro del
polizón. Aunque su búsqueda no cesó, desde ese momento el rastro de Antonio
Anglés se perdió en el mar. Un solvente empresario valenciano, cuya identidad no
trascendió para evitar consideraciones publicitarias, ofreció a finales de
abril de 1993 cinco millones de pesetas a la persona que facilitase una pista
fiable para la localización de Antonio Anglés. Esta recompensa se uniría a la
ya ofrecida por el gobierno. En marzo de 1996, dos guardias civiles se
desplazaron a Uruguay para buscar al cliente de una prostituta cuya descripción
coincidía con la de Antonio Anglés, pero tampoco lograron dar con él. En la actualidad, Antonio Anglés aparece en la web
de Interpol como una de las personas más buscadas del mundo.
Donde supuestamente las violaron.
A finales de julio de 1995, el Instituto Nacional de
Toxicología remitió al juez un informe de los cabellos, semen y manchas de
sangre hallados en la caseta del barranco de la Romana, lugar en el que, según
las declaraciones de Miguel Ricart, las tres niñas fueron violadas y
torturadas. De acuerdo con el informe, los cabellos correspondían a Mauricio
Anglés, los restos de sangre a Roberto Anglés y el semen a uno de los hermanos
Anglés que no era ni Mauricio ni Roberto (por eliminación, era de Antonio
Anglés). Por lo tanto, el informe demostraba que los Anglés conocían esa caseta
y que habían estado en ella (algo que ellos nunca habían negado), pero no
permitía deducir que hubieran participado en el crimen porque no se podía
demostrar que estuvieran allí aquel día. Ningún resto biológico recogido en la
caseta pertenecía a las niñas. En el interior del coche de Miguel Ricart, usado
para raptar a las niñas, se halló un único pelo cuyo ADN también fue analizado.
Resultó ser del propio Ricart.
El juicio por el triple crimen de Alcácer se llevó a
cabo en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia. Comenzó el
lunes 12 de mayo de 1997 y se prolongó durante 49 sesiones hasta el 30 de julio
de ese mismo año. Miguel Ricart, el único procesado, estaba acusado de rapto,
violación, asesinato e inhumación ilegal de tres menores. Por estos hechos, se
enfrentaba a penas que oscilaban entre los 206 y los 245 años de prisión. El sumario constaba de 4144 folios repartidos en 20
tomos. Entre 1994 y 1996, fue reabierto en tres ocasiones para incluir nuevas
pruebas periciales que fueron retrasando el inicio del juicio. El sumario
contenía documentación que abarcaba desde el 27 de enero de 1993 (día en el que
se hallaron los cadáveres de las menores) hasta el 6 de noviembre de 1996
(fecha en la que se cierra por cuarta y última vez). El viernes 9 de mayo de 1997, tres días antes del
comienzo del juicio, el forense y perito de la acusación particular, Luis
Frontela, remitió al tribunal un nuevo informe pericial en el que se
documentaban posibles manchas de sangre, semen y otros fluidos orgánicos hallados
en la alfombra que envolvía los cadáveres de las víctimas. Para hallar las
manchas (que el Instituto Nacional de Toxicologí no pudo encontrar), Frontela
utilizó una nueva técnica que requería unos aparatos de los que no disponía
hasta unos meses antes. Una manifestación, en la que participaron unas 1500
personas en Alcácer, apoyó el aplazamiento del juicio. Sin embargo, el informe
no consiguió modificar la fecha de inicio. Como consecuencia, García renunció a
su abogado, retirándose así como parte de la acusación, pues consideraba que,
en esas condiciones, el juicio era «una pantomima».
En la segunda sesión comenzó la vista oral a Miguel
Ricart.Los interrogatorios
al acusado por parte del fiscal y de los abogados de las diferentes partes se
prolongaron toda la semana, hasta el 16 de mayo. Durante la segunda semana del juicio, testificaron
la madre de Antonio Anglés, Neusa Martins, seguida de sus hijos Kelly, Enrique,
Ricardo y Mauricio, así como la ex compañera de Miguel Ricart, María Dolores
Cuadrado. En la décima sesión (26 de mayo) testificaron el ex compañero de
celda de Ricart, Miguel Nicolás Cortona; la pareja que recogió a las
tres niñas cuando hacían autoestop a la salida de Alcácer y el matrimonio
propietario de un bar en Catadau al que solían acudir Antonio Anglés y Miguel
Ricart cuando salían de acampada.
Frontela junto al padre de Miriam.
El catedrático Luis Frontela, responsable de la
segunda autopsia, argumentó que los forenses valencianos procedieron de forma
incorrecta en la primera autopsia y les acusó de haber provocado una pérdida de
pruebas que podrían haber sido clave en la identificación de todos los posibles
asesinos. Los forenses valencianos, por su parte, rechazaron las conclusiones
de Luis Frontela que diferían con su versión. No consideraron fiable el estudio
de las larvas, primero porque la fauna cadavérica era escasa y, segundo, porque
Frontela pudo haber recogido muestras de larvas durante su autopsia, en lugar
de haber hecho el estudio a partir de imágenes. Explicaron que un doble
enterramiento de los cuerpos deja huellas muy reconocibles. Con respecto a la
ausencia de livideces, los forenses valencianos aseguraron que los cadáveres
presentaban un avanzado estado de putrefacción y que no era posible llegar a
las conclusiones de Frontela. Al respecto, el portavoz de los forenses
concluyó: «una autopsia significa "yo veo" y eso está reñido con el
"yo imagino"».
Ricart en 2013.
El viernes 5 de septiembre de 1997, 36 días después
de la conclusión del juicio, se dictó la sentencia por el triple crimen de
Alcácer. Miguel Ricart fue condenado a 170 años de prisión por rapto, violación
y asesinato con los agravantes de despoblado y ensañamiento. También se le
impusieron las costas del juicio y una indemnización de 300 millones de pesetas
para las familias de las víctimas. El 29 de noviembre de 2013,con 44
años y veintiuno de ellos entre rejas, el único condenado por los crímenes de
Alcàsser abandonó la cárcel de Herrera de La Mancha.
Esta es la versión oficial de este caso, pero seguro
todos habeis oído la alternativa, no voy a contarla por que se haría muy largo,
por eso lo hare en la próxima entrega.
Mientras Anglés no sea hallado muerto se le seguirá
buscando. De hecho, la magistrada de Alzira fijó la fecha de 14 de diciembre de
2009 como la de referencia para iniciar el cómputo del plazo para la
prescripción de los delitos por los que se le busca. Entonces no será hasta el
año 2029 cuando Antonio Anglés, que para entonces contaría con 63 años, cuando
el fugado sería inimputable por las violaciones y asesinatos.Como sabéis esta es la versión oficial, este caso cuenta con una versión alternativa que os contare en el siguiente vídeo:
El padre coraje Fernando García, fue el ideólogo de la teoría de la conspiración junto al criminólogo Juan Ignacio Blanco (con la ayuda del programa 'el Mississipipi'). Dice que cuando se hizo con el sumario del crimen (robándoselo a un abogado) comprobó que todo aquello (la teoría alternativa) no había sido “una fantasía o una iluminación” suya. El sumario demostraba —según él— que a su hija "no la habían matado los mindundis esos [Anglés y Ricart]". “A Anglés no le han cogido porque no han querido; cogen a quien quieren”, dijo en su día la madre de una de las víctimas. El primer día del juicio, centenares de personas se manifestaron para pedir la suspensión por falta de pruebas.
Dentro
de la verdad siempre hay alguna mentira.
La
versión de la hermana de Angles cambio
años después, diciendo que Angles salto usando unas sábanas atadas, que ella lo
vio y estaba despierta en el momento de los hechos. En su día declaro que estaba durmiendo y no
había visto nada.
El
comandante de la guardia civil que detuvo a Miguel Ricart, hoy retirado,
también declaro 25 años después que Angles no estaba en su vivienda en el
momento del registro y que la única prueba fehaciente que se tiene es la de que
estuvo en Minglanilla y abandono la furgoneta robada en Graja de Hiniesta.